Atención: Este chiste no es apto para personas religiosas devotas.
Una mujer caminaba por la calle buscando amor y al ver que no tenía éxito, decidió ir a la iglesia a ver si encontraba algo allí. Al entrar a la iglesia, solo se encontró con el cura, quien le preguntó amablemente:
– ¿Qué deseas, hija?
La mujer le respondió:
– ¡Te deseo a ti! ¡Hazme tuya, tómame! ¡No puedo más!
El cura respondió desconcertado:
– ¡Pero hija! ¡Esta es la casa del Señor! ¿Cómo te atreves a pedirme eso?
La mujer, desesperada, le contestó:
– ¡Me importa un carajo! ¡Tómame, hazme tuya aquí mismo!
La mujer se desnuda y se recuesta sobre el altar. La mujer tiene un cuerpo bastante imponente, el cura no puede resistirse ante tal tentación y le entran las ganas de aceptar su propuesta. Voltea a ver la cruz y le pregunta:
– ¡Señor, ¿qué hago?!
A lo que Dios le responde:
– ¡Desclávame, idiota! ¡Desclávame!